Elaborado a partir de la planta de agave, el mezcal se ha convertido en uno de los productos mexicanos más comercializados en el extranjero, lo que representa una excelente oportunidad para los productores y exportadores, ya que su popularidad se mantiene y crece en mercados como Estados Unidos (principal mercado de importación), España y Reino Unido, de acuerdo con Drip Capital México, fintech especializada en financiamiento a exportadores.
De la misma forma, de acuerdo con Eduardo Mestre, representante de la marca de mezcal Siete Misterios, en otros destinos de Asia y Latinoamérica también han visto un aumento de interés en la bebida, aunque “más conservador”.
A través de los años, la industria mezcalera se ha vuelto cada vez más popular en el gusto nacional e internacional, al grado de convertirse en el cuarto producto agroalimentario más solicitado en el extranjero, según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
De acuerdo con datos del Consejo Regulador del Mezcal (CRM), en 2011 se produjeron 980,375 litros de mezcal, mientras que en 2019 la producción nacional llegó a 7,145,039 litros, con un incremento de más del 700 por ciento.
Esta situación los artesanos lo entienden “como un reflejo de una nueva generación que busca enorgullecerse de sus raíces y, en vez de buscar fuera de México, comenzamos a ubicar cuáles son los mejores productos que se hacen en México y a comercializarlos”, aseguró Mestre al indicar que, por ser una bebida de origen prehispánico, elaborada con un destilado artesanal con mucha historia y misterio alrededor de su origen, ha atraído el interés del público extranjero al ser considerado un arte.
Los retos de exportación
A decir del exportador, la oportunidad de mercado es lo que los llevó a cruzar fronteras. Sin embargo, esto también implicó retos: encontrar importadores y distribuidores que estuvieran dispuestos a invertir en una categoría completamente nueva, además de condiciones comerciales más complejas que en lo local.
“Con el tiempo nos hemos dado cuenta que con un socio comercial adecuado todo puede funcionar bien”, aseguró Mestre al explicar que conforme penetran en nuevos mercados, las órdenes de compra son más grandes y eso implica mayores inversiones en producción, lo que despierta una necesidad de capital de trabajo.
“Contar con financiamiento con factoraje nos ayuda a cobrar la mayor parte de la factura una vez que la mercancía sale del país; así, podemos seguir trabajando en las órdenes de compra pendientes, continuar con la cadena productiva y negociar con nuestros proveedores un descuento por pronto pago”, indicó el exportador de Siete Misterios, y aseguró que estas condiciones han sido clave para expandir su producción y, con ello, las ventas en exportaciones.
Esto cobra aún mayor relevancia en el contexto de la pandemia, pues a pesar de que la elaboración de mezcal fue considerada como una actividad esencial en la declaratoria de emergencia nacional el 31 de marzo, las exportaciones se desplomaron hasta en un 80 por ciento.
“La pandemia de COVID-19 ha representado un desafío crucial para todos los exportadores, la cual se suma a una crisis en desarrollo desde hace años. En ese sentido, el financiamiento se convierte en un frente para sustentar sus operaciones, navegar los retos del comercio exterior y encaminarse al crecimiento con un modelo de negocio sustentable, con el potencial de subsistir a través de las fronteras y cubrir la demanda de nuevos mercados internacionales”, aseguró Edmundo Montaño, director general de Drip Capital México.
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