Entre que la industria se pone de acuerdo si son 3, 5 o 10 años los que ha avanzado el comercio electrónico (e-commerce) en el último año a escala global, a través del agridulce impulso por la crisis sanitaria, no existe duda en que esta actividad también ha incrementado su huella contaminante y el sector logístico tiene una amplia participación, pero también una obligación de contrarrestarla.
En América Latina el boom de las compras digitales se dio como en ninguna otra región del mundo; aunque previo a la pandemia por COVID-19 estos países presentaban brechas importantes en su desarrollo y crecimientos disparejos “por razones de infraestructura (física y financiera), acceso, hábitos y preferencia de los consumidores”, de acuerdo con el estudio La sostenibilidad ambiental del comercio electrónico. ¿Se unirá América Latina a la revolución?, publicado en la víspera por DHL.
“[Este crecimiento del e-commerce] es interesante tenerlo en cuenta en una región como América Latina en el cual el modelo de desarrollo logístico todavía no está, según vemos análisis del Banco Mundial, a nivel de la mayoría más potente”, dijo Javier Bilbao, CEO de DHL Supply Chain Latinoamérica, durante la presentación del estudio en reunión virtual con medios de comunicación.
El directivo hizo alusión al Índice de Desempeño Logístico que publica el Banco Mundial, en el que en su última edición de 2018 ningún país de América Latina se ubica entre el 25% superior dentro de la encuesta bianual y donde se demuestra las ineficiencias que enfrenta el sector logístico para realizar sus actividades, como en el transporte de bienes.
En todo este contexto se observa que la aportación del comercio electrónico podría caer en terrenos contradictorios. Por un lado, pareciera que su crecimiento y el apoyo que está siendo para muchas pequeñas, medianas y grandes empresas en medio de la crisis económica puso en un segundo plano el tema de la sostenibilidad ambiental con las consecuencias que ello acarrea.
Es decir, con un incremento considerable de cientos de miles de vehículos, entre camionetas o motocicletas, saliendo todos los días de las bodegas a realizar entregas de artículos, mismos que van empaquetados o embalados ya sea en cajas de cartón, bolsas de plástico y otros materiales de un solo uso.
“Estos problemas aparentes se añaden a la preocupación sobre entregas fallidas, el aumento de devoluciones, los envíos “gratuitos” que promueven la realización de varios pedidos, y periodos de grandes volúmenes, como durante las fiestas y promociones especiales, todo lo cual puede generar necesidades aún mayores de transporte y embalaje”, de acuerdo con el estudio de la compañía alemana.
A lo anterior, se suma la escasa conciencia ambiental, la falta de preocupación y el débil cumplimiento de las normas y garantías ambientales en la región latinoamericana, tanto de gobiernos, empresas y consumidores.
“A pesar de que en la región la infraestructura logística no está todavía donde nos gustaría que esté, sin embargo, sí que es una región que tiene un nivel de urbanización muy grande y que tiene todos los desafíos que tienen los países desarrollados, sin tener todavía la infraestructura y los equipamientos a la altura que nos gustaría tener”, dijo Bilbao.
El estudio identifica que las grandes ciudades en la región presentan infraestructura deficiente de transporte y planificación urbana; centros urbanos densos; altos índices de informalidad en el transporte y la distribución minorista; falta de reglamentaciones y aplicación efectivas; altos índices de inseguridad y robo, mismos que dificultan el comercio electrónico eficiente y sostenible.
Por otro lado, existe una corriente en la industria que cree que el comercio electrónico ha venido a representar contrapesos positivos en el tema ambiental.
El estudio refiere como ejemplo que el grupo de trabajo de Naciones Unidas sobre transporte sostenible ha señalado que “las soluciones de comercio electrónico… pueden reducir la cantidad de viajes individuales, con lo que se reduce la congestión y las emisiones totales al tiempo que se mejora la seguridad vial”. El informe cita datos del gobierno de los Estados Unidos que muestran que, de 2007 a 2013, el comercio electrónico se duplicó sin un aumento neto de la circulación urbana de camiones.
Así mismo, Jeff Bezos, fundador del gigante estadounidense del comercio electrónico Amazon, escribió en su carta del 2020, a los accionistas, que una camioneta de reparto puede eliminar la necesidad de aproximadamente 100 viajes de ida y vuelta en promedio en automóvil.
Y, a su vez, un estudio reciente del Laboratorio de Innovación Inmobiliaria del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés) concluyó que las compras en línea generan un 36% menos de emisiones que las compras hechas en una tienda física, incluso después de tener en cuenta el aumento de las devoluciones y el embalaje, y que la mayor parte de ese ahorro de emisiones procede del transporte.
En medio de toda esta situación, una línea alterna de análisis menciona que la tecnología debe cumplir un rol principal para demostrar los beneficios del comercio electrónico, es decir, el big data, el análisis predictivo, la inteligencia artificial y la robótica, “están impulsando una revolución en la eficiencia y sostenibilidad de la logística detrás del comercio electrónico”, de acuerdo con el estudio de DHL.
“El Internet de las cosas, los servicios digitales y la tecnología 5G están mejorando los desarrollos que facilitan el comercio, como la firma y la documentación digital, los pagos digitales y las plataformas digitales. Muchos de estos tendrán impactos positivos en la sostenibilidad, ya que mejoran la eficiencia de las operaciones logísticas”, según se lee en el documento.
Inversión sostenible
También presente en la reunión con medios de comunicación, Mike Parra, CEO de DHL Express para las Américas, recordó que la compañía alemana tiene destinados 7,000 millones de euros para realizar inversiones sustentables hasta el 2050.
En esta carrera de tiempo, la compañía alemana cuenta ya con 100 vehículos eléctricos en la región y planea incorporar otros 300 en el corto plazo, así como bicicletas eléctricas. “Nos comprometimos con electrificar más de 60% de vehículos de última milla para 2030”, dijo.
Pero su anuncio más importante quizás fue la de que en un plazo de 24 meses DHL se convertiría en la primera compañía logística en operar aviones totalmente eléctricos, mismos que primero empezará a volar en Estados Unidos y los extendería en la región, aunque no dio mayores detalles de la inversión o del proyecto.
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