El principal astillero del país, Talleres Navales del Golfo, acaba de refrendar su concesión parcial de derechos que tiene en el interior de la Administración del Sistema Portuario Nacional de Veracruz (Asipona) por 30 años más, lo que significa un horizonte de uso y explotación al año 2054.
Se trata del astillero privado operativo en el litoral del Golfo de México más exitoso comercialmente hablando, el cual es una importante fuente de trabajo en el ámbito de la reparación, mantenimiento y construcción naval para nuestro país y que se ha convertido en un buen referente y competidor de otros astilleros en la región del Golfo y el Caribe.
Desde su adquisición por parte de la empresa Hutchison Ports, un par de décadas atrás, el astillero se ha modernizado y tecnificado para ser una unidad de negocio productiva que agrega valor al país y da servicios a embarcaciones que navegan en el hemisferio americano. La empresa que dirige Jorge Lecona Ruiz y gerencia Antonio Sardiña, está de plácemes con este nuevo horizonte que se abre a futuro y que representa un reconocimiento tácito de las autoridades portuarias al buen trabajo que se ha desarrollado en esta unidad de negocio.
Atrás quedaron los tiempos de conflictos sociales con los trabajadores por la falta de servicios, inversión y la mala fama que arrastraba esta empresa en su cambio de manos del gobierno a CFC-McDermott. Enhorabuena y que siga haciendo buena mar.
Se lo llevó el tren
Esta administración de gobierno que está por terminar se caracterizó por su nostalgia por los trenes de pasajeros, tan es así que entre sus principales macro proyectos se destaca el la construcción del famoso Tren Maya y la modernización del Tren Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, amén de que forzó la realización de los estudios para la recuperación de los antiguos trenes de pasajeros en algunas regiones del país y ha dado línea para que el siguiente gobierno continúe en esa dirección y los haga realidad.
Pero lo paradójico, es que salvo el Tren del Istmo y el pequeño ramal de Lechería al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) de la ruta Buenavista-Cuautitlán, no le tocará ver completados ni el Tren Maya, ni el tren México-Toluca que le tocó continuar.
Así, se incumplirá la promesa de principios de sexenio de concluir en su administración todos los proyectos iniciados y no heredar proyectos inconclusos. Además de los ferrocarriles, la misma refinería de Dos Bocas, al ritmo que va, tampoco logrará producir combustibles antes del 30 de septiembre en que concluye el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. Buen dicen que cae más pronto un hablador que un cojo.
Crecimiento del 1.1 por ciento
La mala noticia reciente con información del Instituto Nacional de Estadística (INEGI) y de Citibanamex, es que este sexenio cerrará con un crecimiento económico promedio del 1.1% para pasar a la historia como el de peores resultados de los últimos seis sexenios.
Y no, no se trata de la pandemia, sino de la mala estrategia implementada para evitar la muerte de más de un millón de unidades productivas durante la pandemia por Covid-19, la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que mandó una pésima señal al exterior sobre una débil seguridad jurídica a las inversiones en el país, y el despilfarro económico en proyectos de infraestructura improductiva para el país.
Agregue a todo ello la creciente inseguridad y pérdida de control de amplias zonas territoriales del país a manos del crimen organizado que incrementaron la extorsión, secuestro y robo en carretera a las empresas y personas de bien que trabajan lícitamente. La promesa de crecer al 4% anual la economía, tampoco se cumplió por parte de un gobierno que prometió una transformación.
Comenta y síguenos en X: @GrupoT21