Las nuevas restricciones que ha impuesto China ante el rebrote de contagios de COVID-19 provocará una mayor complejidad para el movimiento de mercancías, consideró la naviera Maersk.
“Vemos un entorno bastante complicado, apretado, con estas últimas restricciones en Shanghái, Ningbo, Shenzhen y Beijing. Están generando mayor complejidad, mayor incertidumbre en el flujo regular de las mercancías de país a país”, dijo Jorge Monzalvo, jefe de experiencia del cliente de la firma en México.
Precisó que dicha situación no ha generado un mayor impacto en la cobertura de los barcos, sin embargo, “sí lo estamos viendo en las fábricas en Asia que están siendo afectadas en la capacidad productiva; los obreros no llegan a cubrir al 100%, no hay plantillas, ni transporte para conectarlas con los puertos”.
Durante su participación en la Semana del Contenedor, organizada por la Asociación Mexicana de Transporte Intermodal (AMTI), dijo que una vez que se reanude la operación en Asia se espera un “tsunami” y nuevamente se pondrá mucha presión a la infraestructura portuaria, almacenes, transporte terrestre, aduanas, entre otros.
“Hay que esperar, pero sí vemos un riesgo importante de una nueva ola de impacto en este sentido. Y por el lado de los puertos europeos es similar con el fenómeno de mal tiempo, aunque se esperan condiciones más favorables para la época primavera-verano”, expuso.
Mencionó que ante dicha situación y frente a otros impactos, las empresas han optado por trabajar contratos multianuales, alejándose de las tarifas spot, con ello se busca reducir la incertidumbre, además de contratar servicios de logística adicionales en tierra como almacenes, transporte terrestre, servicio y gestión de cadena de suministro, consolidados, inclusive flete aéreo.
Además de explorar estrategias de regionalización o el nearshoring para la proveeduría de China y mirar a países del sureste asiático, Vietnam, Tailandia, indonesia, Filipinas, y otros países en Latinoamérica.
De acuerdo con Jorge Monzalvo, la crisis de contenedores se originó con la reactivación, a partir del segundo semestre de 2020, de la demanda en consumo de bienes, así como por las cadenas de suministro, entre otros factores que provocaron una “ola inesperada” de transporte contenerizado desde Asia, Europa y América.
“Se da de tal manera que excede la capacidad que se tiene disponible, entonces se genera ese fenómeno y que se extendió hasta el 2021, en donde se empieza la falta de contenedores, congestión en puertos, retrasos en los diferentes componentes en la cadena de suministro y son retos adicionales que los usuarios y los importadores les tocó enfrentar. Adicionalmente el bloqueo del Canal de Suez, implicaciones de mal clima en Europa, temporada de tifones en Asia, y recientemente la nueva variante de delta y ómicron, así como las implicaciones geopolíticas entre Rusia y Ucrania, y las nuevas restricciones en China”, explicó.
Sobre el mercado mexicano, comentó que en 2021 registraron un aumento del 27% en importaciones y 19% en exportaciones frente a 2020. “Pareciera bueno el crecimiento, pero es relativo a un año en el que se vio a una reducción de los flujos en la primera mitad del año. Hay que tomarlo con cautela”, dijo.
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