Cuando pensamos en higiene generalmente evocamos los procesos de limpieza que se llevan a cabo en empresas, almacenes y áreas comunes. En logística, este término suele asociarse precisamente a los programas de seguridad laboral que tienen la intención de garantizar la disponibilidad de la fuerza de trabajo.
Lo anterior se debe a que la higiene y seguridad en el trabajo garantizan las condiciones personales y materiales para mantener la salud de los colaboradores. Sin embargo, este término debería ser empleado con una visión más amplia.
Desde mi perspectiva la higiene logística está más ligada a esas pequeñas rutinas que cada empresa debería realizar para hacer más eficiente su operación y entregas. Y es que no realizarlas genera un impacto negativo en la utilización de los recursos así como en la imagen que se da a los clientes finales.
Generar rutas de manera manual, entregar aleatoriamente los paquetes de mayor volumen o bien, enviar a repartir vehículos a media carga generan un mayor gasto de combustible y también retrasan las visitas provocando que los clientes finales no tengan una certeza real respecto a los horarios de entrega de sus productos.
Así, la higiene logística consiste, primeramente, en realizar un control inteligente de ruta donde a través de las herramientas tecnológicas con las que contamos hoy en día, y que están potenciadas con inteligencia artificial y algoritmos inteligentes se pueden generar ahorros logísticos.
Por otro lado, este concepto también implica el orden que hay que tener en cuenta al momento de realizar las entregas. Tener visión respecto a la importancia de categorizar los paquetes de acuerdo a su peso volumétrico. Entregar los productos más grandes y pesados al inicio de una ruta siempre será más rentable toda vez que un vehículo ligero implica menor gasto de combustible.
Básicamente la idea es realizar la ruta con el menor peso posible durante el recorrido y hacerlo recorriendo la menor distancia. Suena sencillo, pero al momento de calcular muchos puntos de entrega con diferentes cargas, se hace virtualmente imposible para una persona llevar esos cálculos todos los días, para eso está la tecnología.
Si los pequeños y medianos empresarios siguen realizando las operaciones logísticas de manera manual, no solo están invirtiendo tiempo valioso que podrían estar ocupando en actividades estratégicas para hacer crecer el negocio -la tecnología hace que procesos que llevaban de 4 a 5 horas se realicen en menos de 15 minutos- sino también recursos.
La inteligencia artificial, que sin duda ha dado un boost para la industria logística, ayuda a reducir el número de vehículos en una flota y al realizar un diseño inteligente de rutas, disminuir los costos logísticos asociados con gastos de combustible y otras operaciones relacionadas.
La higiene logística que trae consigo la implementación de tecnologías de última generación a los procesos logísticos hacen que las organizaciones de todo tipo tengan visibilidad total de sus procesos con lo cual el control de sus entregas y la productividad de las mismas está en sus manos.
En la medida en que las buenas prácticas permeen en las organizaciones entonces éstas podrán dedicar sus esfuerzos en su desarrollo. Hoy, estamos listos para lograrlo.
Te invito a evisar mi columna anterior: Inteligencia artificial, el boost que la logística necesitaba
Eyal Shats es cofundador de la startup chilena dedicada a la optimización logística SimpliRoute, con más de 3 años de presencia en México. Actualmente se desempeña en el cargo de Chief Estrategy Officer preparando su arribo a Miami, desde donde comandará el plan de aterrizaje que la startup prepara para Estados Unidos.
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