México tiene una nueva oportunidad de aprovechar su inserción dentro del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en materia logística, pero requiere de una adecuación del marco normativo para facilitar el comercio, invertir en infraestructura de servicio, cumplir con los acuerdos en medioambiente, certeza jurídica, entre otros.
“Muchos de ellos ya están en funcionamiento y muy bien desarrollados, pero necesitamos un progreso más integral desde las empresas más grandes, medianas y pequeñas en todos los ámbitos, productivo y de distribución”, dijo Eduardo Asperó, vicepresidente para México de Hub Group.
Durante su ponencia Comercio internacional y regionalización global dentro del 9º Congreso Internacional en Logística y Cadena de Suministro, comentó, sin embargo, que aplicar el Estado de derecho es fundamental.
“Es un tema que se tiene que resolver con urgencia. La interrupción de las vías de ferrocarril es algo que se tiene que detener ya, esto es negociar a nivel regional, local, de que cualquier instancia se puede negociar sin interrupción de vías generales de comunicación, particularmente las vías de ferrocarril. En este contexto garantizar la no interrupción tanto de vías de ferrocarril como de carreteras, puentes, etcétera, es un tema fundamental para la confiabilidad de los procesos logísticos en México”, expuso.
También dijo que se requiere que el manejo de mercancía se lleve con absoluta seguridad para mantener la confianza de las cadenas de suministro en la región del T-MEC, así como la certeza de inversiones en infraestructura y servicios, simplificación aduanera y regulación del transporte, facilitación del comercio, además del compromiso con el medioambiente y aspectos laborales.
“Si vemos las oportunidades en materia de Estado de derecho todo apunta a la continuidad y certeza de que uno sabe que su carga sale a los 8:00 de la mañana de San Luis Potosí para ser entregada en Aguascalientes, no tiene incidentes en el camino y llega para desarrollar las actividades logísticas como están previstas”, expuso.
Consideró que para activar la participación del país en la zona económica de América del Norte se necesita que las empresas mexicanas inviertan más en infraestructura de servicio, tener más alianzas que permitan servicios logísticos diversificados, un mayor fortalecimiento de las cadenas de suministro y que optimicen los medios de distribución tanto hacia la región como internamente.
“En infraestructura de servicio me refiero a áreas de almacenamiento y servicios a la carga como etiquetado, clasificado, evaluación aduanera y que no solo estén comprendidos en el norte del país; consolidación y desconsolidación de productos para la pequeña y mediana empresa, para las que mueven un contenedor o medio contenedor pero que requieren de servicios consistentes, de cadena de suministro, es un gran faltante; centros de distribución en zonas fronterizas, puertos y terminales internas como en zonas industriales concentradoras”, dijo.
Además, Eduardo Asperó mencionó que se debe lograr una mejora en los procedimientos aduanales de tránsito para despacho en destino, inspecciones sanitarias en destino para cargas determinadas y simplificar los requisitos de la Carta Porte, “todo mundo estamos de acuerdo en que se tenga un proceso claro del control de la carga, pero la apuesta es que las autoridades establezcan un proceso simplificado para que este esquema de trazabilidad se lleve a cabo bajo un proceso de mayor seguridad”.
Mientras que en capacidad multimodal, comentó que “se tienen oportunidades muy importantes a desarrollar”, es decir, tener más terminales de este tipo en donde, por ejemplo, al sur de Ciudad de México no hay ninguna que pueda extender el servicio a Tehuacán, Oaxaca o Coatzacoalcos.
En materia portuaria, mencionó que solo Lázaro Cárdenas y Veracruz cuentan con esta infraestructura que permiten armar trenes unitarios de 200 o 240 contenedores, pero “es una urgencia” que se desarrolle en Altamira y Manzanillo, además del uso de los términos de venta internacional (Incoterms) ya que en la medida que las empresas mexicanas lo utilicen pueden mejorar su participación.
Respecto a la conectividad ferroviaria, mencionó que actualmente las rutas intermodales comprenden el 40% de los intercambios comerciales entre México, Estados Unidos y Canadá, y la combinación con el autotransporte proporciona una gran diversidad que se ajusta a las necesidades logísticas.
“Aumentar la participación del transporte intermodal ferroviario es un tema clave, fundamental que nos va a proporcionar mayor capacidad de inserción a los mercados de Canadá y Estados Unidos, y en la medida que se desarrolle mayor cantidad de importaciones a México por esta vía se generan las capacidades que significa equipo vacío para poder exportar a precios muy competitivos”, sostuvo.
Asimismo, dijo que se debe tener una transportación del uso intensivo del autotransporte para el comercio exterior, es decir, una vinculación de los modos de transportes más eficiente, así como un mejor manejo de la informática y de uso de datos.
“Estamos insertos a un año de haber entrado en vigor el T-MEC, estamos insertos en un tratado sofisticado, complejo, que exige muchos elementos de desarrollo por parte de nuestro país y que insistiera que tenemos una gran nueva oportunidad en seguir desarrollando la economía incorporada en esta región si sabemos aprovecharlo, si no es un tema que nos va a retrasar el desarrollo del país por mucho años”, afirmó.
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