La teoría del caos hace lo suyo

por elogis

Si usted está importando productos cuyo origen son los puertos de Shanghái, Ningbo, Shenzhen o Qingdao en China, permítame informarle que espere sentado a que su embarque llegue, porque seguro lo hará con retraso. Y es que estos puertos enfrentan una congestión bárbara debido a que el plazo temporal de 90 días de exención de aranceles entre China y los Estados Unidos, se acerca a cumplir su primer mes de vigencia, y los importadores de la Unión Americana han acelerado sus pedidos ante la incertidumbre de cuál es el momento clave que se considerará al cumplirse el plazo, la fecha de compra, la mercancía en tránsito o que ya haya ingresado al país y pasado aduana.

A la par, en los Estados Unidos los importadores están enfrentando una mayor carga administrativa para lidiar con la demostración de la integración del origen de los componentes de los productos, y del pago de aranceles específico acorde a la composición y el origen particular de cada bien. A eso agréguele los cambios constantes de política que se dan en el vecino país según el humor con el que se haya levantado el señor Trump. La teoría del caos en su máxima expresión pues.

En tanto, los puertos de Long Beach y Los Ángeles están a la expectativa del incremento del tráfico marítimo procedente de China, por lo que esperan un tsunami de contenedores en los próximos días y poder lidiar con él sin sufrir escasez de espacios, en momentos en que las inspecciones del CBP toman más tiempo para verificar el correcto cumplimiento del tema fiscal a la hora de internar las mercancías. Amén de las tarifas marítimas más altas con las que ahora se tiene que trabajar. Así las cosas.

La aduana de Manzanillo ahí la lleva

Después del temerario laboratorio en que convirtieron al puerto de Manzanillo para cambiar ipso facto al personal revisor de la aduana, presuntamente por temas de corrupción, las aguas empiezan a retomar su cauce a pocos días de que se cumpla un mes del paro total que hicieron los trabajadores civiles en defensa de sus derechos laborales y que representó el cierre absoluto del puerto por espacio de cuatro días.

Entre la aduana y las terminales portuarias van coordinándose para regular el flujo del tráfico vehicular del puerto para no colapsar las vialidades externas ni internas y están trabajando por “bloques” las citas programadas, de tal forma en que contienen el flujo de vehículos en algunos espacios de tiempo y conforme se va avanzando en el despacho, lanzan nuevos comunicados para reanudar el flujo de unidades a las terminales.

El esquema está funcionando de mejor manera más al interior del puerto que afuera, por el espacio finito con que se cuenta para la realización de las maniobras de carga y descarga, y de la ruta fiscal.

A decir de agentes aduanales, ya se empieza a ver una corrección de los desfases que se tenía semanas atrás entre los embarques promedio que se estaban operando contra los que se hacían antes de que empezara el problema. De cualquier manera, la expectativa es que las cosas terminen de componerse del todo para el mes de julio. Ya veremos, mientras tanto, serenidad y paciencia, mucha paciencia, diría Kalimán.

Comenta y síguenos en X: @GrupoT21