Quienes se volaron la barda son los comisionados de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) al iniciar una investigación en el mercado del autotransporte federal de carga por presuntas prácticas monopólicas absolutas, como acuerdos ilegales entre proveedores para evitar la competencia. Esta maniobra nos parece más una llamarada de petate para justificar su actuación en momentos en que este organismo se encuentra en proceso de extinción por el actual gobierno de la autodenominada cuarta transformación.
Y es que, en una industria en donde existen más de 207 mil empresas de diferentes tamaños dando servicio al mercado del transporte de carga en sus distintas especialidades, es muy difícil, más bien diríamos imposible, que alguna empresa pueda realizar prácticas monopólicas. El cliente siempre tiene opciones para trabajar con otros proveedores en el amplio abanico que se tiene en este mercado.
Francamente creemos que es un despropósito esta iniciativa, y más un alarde de una actuación que los mexicanos hubiéramos querido tener en mercados donde sí existe una falta de competencia y se dan abusos por parte de los pocos oferentes. Hay también en su historia de actuación, múltiples ejemplos donde la suma, más que la división, representaba mejores condiciones para el mercado y los oferentes, y se optó por la división debilitando la actuación y consecuentemente la calidad del servicio al mercado. La calidad del ejercicio público en México deja mucho que desear.
La cereza sin pastel
Los productores de cereza de Chile se llevaron las manos a la cabeza. Las autoridades chinas acaban de confirmar que un embarque del fruto de mil 300 contenedores presenta altos niveles de descomposición y problemas de calidad, lo que llevará a la destrucción de una parte importante del embarque. El problema fue la avería que sufrió el buque Maersk Saltoro en el que se embarcaron en San Antonio, Chile, el 27 de diciembre con destino a Nansha, China, donde debían llegar el 20 de enero, justo en la víspera de la celebración del año nuevo chino.
El barco quedó a la deriva en la Micronesia el 13 de enero tras presentar una falla en el motor. Después de ser sometido por la tripulación a un proceso de reparación, el barco logró llegar a su destino el 17 de febrero, casi un mes después de la fecha original de itinerario, con daños lógicos sobre las mercancías perecederas.
El embarque de cerezas, que está valuado en 100 millones de dólares, estaba programado para llegar justo en la temporada alta de demanda en China, cuando su precio alcanza los mayores niveles. Ahora deberán entrar a revisar con los seguros a la carga la recuperación de una parte de los daños. De otra manera, el daño económico para los propietarios será mayúsculo. Son precisamente estos casos los que sirven de acicate para aprender la importancia en el comercio internacional que tiene el aseguramiento de las mercancías. Seguiremos informando.
Comenta y síguenos en X: @GrupoT21