El mundo se ha visto golpeado por los estragos de la pandemia de COVID-19 y los conflictos bélicos alrededor del mundo los incrementó. Específicamente la cadena de valor se afectó con un alza en costos de transporte, entre otras cosas, pero sobre todo una escasez de insumos para las manufacturas.
El desabastecimiento, específicamente de semiconductores, frenó la producción de muchos productos, como los automóviles y los refrigeradores, además de que en el caso de estos dos productos las materias primas se encarecieron.
A lo anterior se suma el hecho de que los especialistas prevén un 2023 difícil para la economía mundial.
Luego de ofrecer un panorama de lo que se espera económicamente para el mundo el siguiente año, en donde se pronostica una recesión económica, crisis energética, además del aumento de ciberataques en cuanto a tecnología, Javier Gocher, vicepresidente de Cadena de Suministro de Mabe, señaló que ante estas situaciones se debe entender, aprender y adaptarse.
“¿Qué me queda? Tengo que reaccionar, tenemos que adaptarnos, pero tener cuidado económicamente. La regionalización es una realidad, todo el desabasto que hemos tenido, las cuotas de los transportes marítimos internacionales, todo eso nos ha destruido las cadenas de valor como la conocíamos, tenemos que seguir trabajando, pero vemos para 2023 mucho mayor estabilidad de las cadenas”, aseguró.
Caso de éxito, Mabe resiliente
Mabe tiene operaciones manufactureras en México, Ecuador, Colombia, Argentina y presencia comerciales en toda América. Cuenta con alrededor de 25 mil empleados en todo el continente y que producen alrededor de 35 mil electrodomésticos cada dos días en México.
Gocher argumentó que, en general, tecnológicamente hay mucho por hacer, en la digitalización de las empresas, la ciberseguridad, inteligencia artificial, el internet de las cosas (IoT), procesos de integración.
“Más que nunca necesito saber dónde están mis cosas, más que nunca necesito saber quién es el cliente, cómo piensa, qué están viviendo, tenemos que tener mucha intercomunicación y mayor sustentabilidad”, dijo.
Ante esto, el vicepresidente de cadena de suministro señaló que, en 2011, ante la necesidad de reinventarse, crearon un concepto llamado Mabe Way, ya que sus indicadores estaban dispersos, por lo que se orientaron a procesos, redefinieron su modelo de negocio orientado a resultados y al cliente final.
En este sentido, hicieron una estrategia enfocada en el cliente, además de que integraron las operaciones de todos los países, incorporando SAP en sus plataformas tecnológicas, por lo que toda la empresa tuvo que adaptarse al nuevo modelo.
En un segundo ejemplo, Gocher señaló que en 2017 también sufrieron un cambio importante con la era digital. En este caso quisieron darle una mejor experiencia de compra, uso, servicio y reemplazo a sus consumidores bajo tres pilares: conquistar al consumidor, formas ágiles, simples y divertidas de trabajo; y eficiencia operativa.
Entre esta estrategia se encuentra la omnicanalidad, ya que para la empresa es importante que los clientes puedan comprar los productos en cualquier punto de venta, canales digitales, retail, etc.
La parte postventa también fue importante dentro de la digitalización, darle servicio al consumidor y no dejarlos abandonados. Incorporaron también nuevos modelos comerciales, poniendo al cliente al centro y alineado con la cadena de suministro.
Desde Mabe, de acuerdo con Javier Gocher, ante los nuevos retos que se puedan enfrentar en el futuro es entender la situación, aprender y adaptarse al entorno. Por ello, como ejemplo, el nearshoring está aumentando exponencialmente ante la necesidad de regionalizar las cadenas de valor tras el aumento en los costos y los tiempos de espera de los suministros.
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