Ante la incertidumbre económica que marca este 2025, el sector del autotransporte en México se encuentra ante un momento de inflexión, la amenaza de una desaceleración global, la volatilidad de las relaciones comerciales y los efectos del proteccionismo estadounidense son factores que configuran un escenario complejo. Pero al mismo tiempo, esta tormenta puede actuar como un filtro natural para depurar malas prácticas tanto de transportistas como de usuarios de servicios logísticos.
Hay actores del sector que advierten que más que una contracción económica visible, lo que se vive es una desinformación generalizada, así lo refiere Carlos Canseco, director del Clúster para la Innovación Logística de Querétaro (CILQRO).
“Se habla de recesión, pero las cifras no lo reflejan aún. El parque vehicular sigue en movimiento, las armadoras piden servicio y las operaciones continúan”, señala Canseco.
No obstante, reconoce que hay impactos tangibles como la presión de las marcas chinas en el sector automotriz y el regreso de operadores mexicanos desde Estados Unidos, lo cual puede derivar en una mejora de prácticas y estándares locales.
En este escenario de desaceleración obliga a profesionalizar al sector, de acuerdo con Enrique González, presidente del Clúster Logístico y Movilidad de Guanajuato (CLYMGTO).
“Estamos capacitando a empresarios en finanzas, comunicación, economía circular y gobierno corporativo. El transporte no desaparece, se transforma. Y quien no evolucione quedará fuera del mercado”, sostiene.
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