La crisis sanitaria fue un detonante en México para que empresas de diversas industrias buscaran ampliar su competitividad y muchas de ellas se apoyaron de proveedores logísticos 3PL (Third Party Logistics) para sortear los retos u obstáculos que se presentaron.
“Vimos una tendencia positiva hacia la tercerización (…) incluso con clientes que no habíamos abordado nunca”, aseguró Ricardo Álvarez, director de Grupo en Ryder México, en su participación en la conferencia El 3PL y su nuevo papel organizada por el Consejo Nacional de Ejecutivos en Logística y Cadena de Suministro (ConaLog).
El ejecutivo refirió que este acercamiento se dio porque las empresas valoraron el que los operadores logísticos contaban con una alta especialización, infraestructura, procesos más definidos, talento humano y tecnología.
Así mismo, una necesidad fundamental que se generó entre las compañías fue contar con una mayor visibilidad en su cadena de suministro a través de la integración de sus diversos softwares empresariales, de acuerdo con Carlos Godínez, vicepresidente de ventas y marketing de Transplace en México. “Mucha gente le apostó a esto”, dijo.
“Los clientes están tratando de tener un end to end integrado y han depositado la confianza con nosotros para guiar su planeación. Les podemos ayudar en procesos de órdenes, ejecutado análisis de redes, identificar sus centros de gravedad con soporte en áreas de soluciones”, afirmó por su parte Santiago Gómez, director de Desarrollo de Nuevos Negocios en Solistica.
Esta circunstancia de auge de sus servicios logísticos se vio desafiada con las medidas que tuvieron que aplicar estos 3PL con su propio personal en el cuidado de la salud, sobre todo para evitar contagios internos. “Primero enfrentamos la salud de los empleados”, indicó Jorge Salas, vicepresidente de Operaciones de NTA, especializada en el manejo de productos farmacéuticos.
En esta “continuidad operativa” para enfrentar la crisis sanitaria se optó por modelos colaborativos, tanto con clientes como con proveedores de transporte, para dar factibilidad a las soluciones que se presentaban para cada necesidad en el movimiento de mercancías. “Esto habla de la adaptación, esta es la base de la continuidad. Teníamos que mejorar continuamente”, dijo Santiago Gómez.
Esta adaptación se tornó altamente necesaria en momentos en que muchas empresas se volcaron a migrar sus operaciones hacia los canales de venta digitales (comercio electrónico). Los 3PL, algunos de ellos especializados en industrias de alto volumen, como la automotriz, tuvieron que iniciar un proceso de conversión hacia el entendimiento de pequeños paquetes y el contacto directo con consumidores finales.
“Teníamos que tener la capacidad, fiabilidad y velocidad bastante alta (…) mucho de la digitalización vino a acelerar procesos”, dijo.
Sin embargo, de cara a la recuperación que está presentando el mercado, los operadores logísticos enfrentan nuevos retos, como el buscar un nuevo balance entre la competitividad y la tendencia inflacionaria que incurre en muchos de sus costos, así como el “robo” de talento, una situación que se torna complicada en momentos en que el personal especializado tiende a escasear.
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