Todas las crisis son una oportunidad, si tienes el conocimiento suficiente.
Con demasiada frecuencia miramos a la formación y la vemos a través de un cristal de miopía como un gasto, más que una inversión en el negocio. Esto se debe a que, en tiempos de crisis económicas, y ahora estamos inmersos en una, la formación y el desarrollo de los empleados son las partidas que primero se cortan en el presupuesto anual.
Para evitar este grave error, debemos alinear siempre los programas formativos con los objetivos del negocio mediante un enfoque inequívoco en el logro de resultados.
Para desarrollar programas de formación eficaces debemos empezar con los programas que entiendan del negocio. Los programas formativos de éxito son aquellos que contestan a la pregunta básica: ¿Qué necesita la organización para mejorar el servicio y la fidelización del cliente?
No importa en qué sector económico nos encontremos, lo que debe importarnos siempre es: No tendremos negocio si no tenemos clientes.
Si comprendemos cuáles son los desafíos a los que la empresa se enfrenta en épocas de crisis, podemos construir programas formativos que faciliten el logro de los nuevos objetivos fijados. Entonces será más sencillo obtener la aprobación de la inversión en formación, si la dirección ve a la formación de los empleados como un medio para fortalecerse y salir de la crisis.
Para ello, antes que nada, debemos realizar una evaluación de las necesidades reales en formación. Los programas de formación deben ser relevantes, constructivos y atractivos para que enganchen a la mayoría del personal.
Así de esta forma también podemos involucrar a todos los grupos de interés de la organización para que entiendan mejor las necesidades formativas, tanto a nivel de departamento como a nivel individual, con el fin de crear programas formativos con sentido práctico alrededor de las necesidades del negocio.
Además, es necesario tener en consideración no solamente las necesidades de la empresa sino también las del empleado ya que las organizaciones no pueden garantizar el puesto de trabajo, pero si la empleabilidad del empleado; para ello, hay que tener en cuenta que no todo el mundo responde de la misma forma a las técnicas de aprendizaje, así que debemos mezclar los distintos modelos formativos para involucrar a todo el personal.
Por ello, es conveniente utilizar modelos de formación hibrida (presencial y virtual a distancia) para conseguir involucrar a todo el personal, incluyendo videos y programas interactivos para que participen y estén motivados hacia la formación ofrecida.
Para lograr el éxito tenemos que rodearnos de los compañeros adecuados para este viaje, es decir, si la dirección confía en que los programas fortalecen los procesos del negocio y posicionan a la compañía de cara al futuro, apoyarán y aprobarán sin lugar a duda todas las iniciativas formativas que presente su responsable de formación.
Sin embargo, no debemos iniciar demasiadas alternativas a la vez, hay que mantener siempre el foco para lograr rápidamente pequeños éxitos y así alcanzar el momentum, para que todos confíen en los programas y que estos nos conduzcan al logro de los objetivos fijados, no solo porque aumentamos el servicio y la experiencia con el cliente, sino porque incrementamos la eficiencia operativa de los procesos y la credibilidad de los empleados, lo cual es fundamental para mejorar el clima laboral y retener el talento.
Por último, debemos realizar el seguimiento periódico de los resultados de la formación dada con los empleados en intervalos regulares para asegurar que están incorporando al negocio, a través de sus rutinas diarias, lo que han aprendido en los programas formativos.
Utilizar estas sesiones es una oportunidad más de realizar un “Mentoring Logístico” con ellos, por lo que seremos capaces de ayudar a los empleados a comprender el valor de aplicar lo que han aprendido en los programas y a entender mejor sus necesidades dentro de la organización.
Todo este proceso nos facilita el camino para que podamos desarrollar una cultura de aprendizaje que incluya programas de formación relevantes y con sentido práctico para la empresa. Además, nos permite alienar todas iniciativas de formación logística con los objetivos de la compañía, lo cual posiciona a los empleados y a la empresa en el camino de la mejora continua y del éxito.
Te invito a leer mi columna anterior: Logística verde
José Luis Galiana es presidente y fundador de RALOG – Red de Ayuda Logística, la asociación española sin ánimo de lucro de los profesionales logísticos, director ejecutivo del Foro Iberoamericano de Logística (FIALOG) y fundador del Foro de Expertos Logísticos (FELOG) de Caleruega. Anteriormente, fue miembro del Comité de Dirección de Unilever (España) en la unidad de negocios de productos personales y del hogar, como director de cadena de suministro y relaciones externas y presidente del Comité de Logística y Transporte en AECOC.
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