Por Ignacio Casas Fraire*
En 2024, el comercio electrónico (e-commerce) representó el 20% del comercio minorista mundial, con ventas que superaron los 6.3 billones de dólares (bdd), de acuerdo con Statista. Las proyecciones para 2025 superan los 6.8 bdd. Este crecimiento, alimentado por consumidores entre 18 y 34 años, consolida al comercio electrónico como un componente esencial de la economía global.
En México, el e-commerce generó ingresos por aproximadamente 38 mil millones de dólares (mdd) y alcanzó 74 millones de usuarios, cifras que se espera se dupliquen en los próximos cinco años. Plataformas digitales como Amazon y Mercado Libre dominan el mercado, pero enfrentan competencia de gigantes chinos como AliExpress, Temu y Shein, que en 2023 acumularon millones de descargas en México, convirtiéndose en líderes en el sector de moda rápida. Este panorama refleja un mercado dinámico, donde la innovación y la competencia fomentan un ecosistema digital robusto.
Los minimis
El comercio electrónico ha revolucionado la forma en que las empresas operan a nivel global, permitiéndoles expandirse a nuevos mercados sin necesidad de establecer una presencia física. Por ello, ha sido impulsado por acuerdos multilaterales diseñados para facilitar el comercio transfronterizo.
Por años, los miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) buscaron retrasar el cobro de derechos aduanales por comercio electrónico. En 2024, la OMC publicó un texto estandarizado del Acuerdo sobre Comercio Electrónico, que buscaba facilitar las transacciones digitales. Este acuerdo buscaba beneficiar tanto a las micro y pequeñas empresas como a los consumidores, reduciendo costos y simplificando los procesos regulatorios para fomentar un entorno más abierto e innovador.
Una pieza importante de esto es el umbral de minimis, el cual establece un valor máximo a las mercancías que pueden importarse sin pagar impuestos ni aranceles. Este mecanismo facilita las transacciones internacionales, especialmente en el segmento B2C, y varía significativamente entre países.
Por ejemplo, Estados Unidos fija este límite en 800 dólares, mientras que en Canadá es de 20 dólares canadienses. En la Unión Europea el umbral se fija en 150 euros, y en Australia en mil dólares australianos, mientras que en China el límite es de 50 RMB (aproximadamente siete dólares). En México, hasta 2024, el umbral se encontraba en 50 dólares, pero a partir del 1° de enero de 2025, el gobierno implementó nuevas reglas fiscales que modifican todo el esquema.
Las plataformas digitales desempeñan un papel central en este ecosistema. No sólo facilitan la compra y venta de bienes, sino que también reducen los costos de transacción al gestionar la logística y el cumplimiento de pedidos. Esto es relevante en el comercio internacional, donde las distancias geográficas y las diferencias regulatorias suelen aumentar los costos y riesgos.
El regreso de los aranceles
En México, las plataformas no actúan como importadoras directas. En su lugar, dependen de empresas de paquetería y mensajería, como DHL, UPS y FedEx para gestionar la importación y entrega de las mercancías. Las empresas logísticas se encargan de trasladar los bienes desde su origen hasta el destino final en México, asumiendo la responsabilidad del proceso aduanero correspondiente.
Para facilitar y agilizar el despacho aduanero de estas mercancías, las empresas pueden acogerse a los “Procedimientos Administrativos Simplificados” establecidos en el Capítulo 3.7 de las Reglas Generales de Comercio Exterior (RGCE) de México. Para ello deben registrarse ante las autoridades aduaneras.
Sin embargo, a partir del 1° de enero de 2025, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) implementó cambios que establecen un arancel del 19% para todas las mercancías importadas a través de plataformas digitales desde países sin tratados comerciales con México, como China. Esta medida afecta directamente a Shein, Temu, Aliexpress, etc. Las empresas de mensajería deben ahora aplicar este nuevo arancel en el proceso aduanero.
Mediante estas reformas, el Gobierno de México busca fortalecer la industria nacional y garantizar una competencia más equitativa en el mercado interno. Las mercancías provenientes de Estados Unidos y Canadá, amparadas por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), cuentan con tasas diferenciadas: compras de hasta 50 dólares estarán exentas, aquellas entre 50 y 117 dólares pagarán 17%, y las de entre 117 y dos mil 500 dólares, 19 por ciento.
Además, el SAT introdujo nuevas disposiciones para fortalecer los controles en las aduanas y combatir prácticas abusivas relacionadas con la entrada de mercancías sin declaración fiscal. Por ejemplo, quienes deseen introducir productos cuyo valor oscile entre mil y dos mil 500 dólares deberán inscribirse en el padrón de importadores.
La modificación al umbral de minimis está otorgando una ventaja competitiva artificial a las empresas de Norteamérica. Gracias al T-MEC, los productos provenientes de Estados Unidos y Canadá están sujetos a menores cargas impositivas. Para mitigar este impacto, las empresas chinas podrían explorar estrategias, como establecer centros de distribución locales o aliarse con empresas mexicanas. Sin embargo, estas alternativas incrementarían sus costos operativos.
Las empresas de paquetería y mensajería, que gestionan la importación de productos, también se ven impactadas por el arancel. Los nuevos procedimientos aduaneros aumentan sus costos operativos y administrativos, lo que repercute en el precio final que pagan los consumidores.
Estas medidas podrían reducir significativamente la participación de China en el mercado mexicano, incentivar el desplazamiento de inversiones hacia otros países y generar tensiones comerciales. Este escenario no solo afectaría la relación bilateral, sino también la competitividad de las empresas chinas. Por otro lado, también podría favorecer un objetivo estratégico de México: fortalecer su alineación con el principal socio comercial, con miras a la renegociación del T-MEC en 2026.
Te invito a leer mi columna anterior: México y Estados Unidos, ante la incertidumbre, proactividad
*Ignacio Casas Fraire es especialista en comercio exterior y profesor en la Escuela de Administración y Negocios CETYS Universidad Campus Tijuana.
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