Una de las primeras cosas que como niños probamos es el chocolate y a partir de ese momento se convierte en nuestro cómplice en las diferentes etapas de la vida, ya sea para consumo personal o como un regalo en las adversidades. Siempre está presente en los malos momentos, pero también en los buenos y por supuesto en los inolvidables. En México, el chocolate es tan antiguo como nuestras raíces y es la fuente de inspiración y trabajo para miles de personas.
De acuerdo con registros históricos, los olmecas fueron los primeros en cultivar y disfrutar de sus beneficios, ya sea para el consumo o como moneda de cambio como lo hicieron otros grupos, transmitiendo con ello el innegable valor que tanto el cacao como sus derivados proporcionan.
Es muy interesante ver cómo en nuestra cultura, los hábitos de consumo y las creencias han ido evolucionando con el paso de los años, y que algo tan sencillo como un grano pueda detonar la creatividad para generar una gran variedad de productos y presentaciones, además de entretejerse con nuestra identidad y las actividades económicas y sociales en México.
Hoy en día el impacto del cacao, el chocolate y sus derivados es tan relevante, que de acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) en México se han producido en los últimos 10 años alrededor de 27 mil toneladas anuales de cacao en promedio, y para el 2021 el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportaba aproximadamente 57 mil personas formando parte de la industria del chocolate y confitería; desde su producción hasta los procesos especializados de empaque y por supuesto de logística que llevan su placentero sabor a nuestra boca, siendo las principales ciudades que los manufacturan: Monterrey, Guadalajara, Oaxaca, Estado de México, Puebla y Querétaro, entre otras.
Con esto en mente la logística es uno de los elementos prioritarios para llevar de una forma completa e íntegra la experiencia de nuestros antepasados a la mesa de nuestro hogar. Esto se debe a las especificaciones precisas que deben cumplirse para su almacenamiento y distribución con los más altos estándares de calidad, como el mismo chocolate.
Con más de 100 mil metros cuadrados donde almacenamos productos con chocolate, desde galletas, bebidas, snacks y confitería, en DHL Supply Chain estamos conscientes que las condiciones de almacenaje varían dependiendo de la categoría de productos; en algunos inclusive seguimos un proceso de cadena de frío que incluye cámaras de almacenamiento de temperatura controlada y transporte especializado para mantener la integridad del producto.
Como dato curioso, este tipo de condiciones son muy similares al manejo de ciertos medicamentos; de una u otra manera ambas líneas de productos resultan críticas para nuestra vida y requieren altísimos estándares de calidad.
Al manejo crítico de la temperatura se suma el reto del manejo de la mercancía -a nadie le gusta una barra de chocolates desecha o galletas pulverizadas- por lo que, al ser productos con presentaciones variadas, la consolidación, el manejo y el acomodo se vuelven tareas de cuidados especiales. Y no solo eso, con una extensión de más de 780 mil kilómetros de infraestructura vial, México es un país por tradición chocolatero con una gran variedad de puntos de entrega desde grandes supermercados, tiendas de conveniencia y hasta la tiendita de la esquina.
Te invito a revisar mi columna anterior: ¿Cómo vamos en materia de Sustentabilidad?
Agustín Croche actualmente es presidente de DHL Supply Chain México.
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