El personal civil de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) representa el 49%, mientras que el 51% restante corresponde al personal militar a cargo de las aduanas en temas administrativos y operativos.
De acuerdo con cifras aproximadas proporcionadas por Nashielly Escobedo, presidenta del Instituto Mexicano de Ejecutivos en Comercio Exterior (IMECE), señalan que se tiene 5 mil 400 empleados en la ANAM, de los cuales 2 mil 060 son de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), 700 de la Secretaría de Marina (Semar), algunos de ellos en retiro, otros comisionados.
En el marco de la XVII Convención Anual del IMECE, durante el panel Visión empresarial sobre el proceso de cambio en la administración aduanera, los invitados coincidieron en que no fue el mejor momento ni la forma de la creación de la ANAM, pues algunos puntos como la militarización de este organismo y la falta de conocimiento de estos en temas comerciales, vislumbran que la administración no va por el buen camino.
Por muchos años, servidores públicos, usuarios, operadores, agentes aduanales, etc., buscaron la independencia del sistema aduanero mexicano del Servicio de Administración Tributaria (SAT). Finalmente, el 1 de enero de 2022 inició operaciones la ANAM.
“Para mí no fue una buena noticia (la creación de ANAM), la principal razón es porque esta administración en particular, hablo del Gobierno federal, ha despreciado a la administración pública, entonces una administración que desprecia la administración pública no puede crear nada bueno en la administración pública”, señaló Fernando Ramos, socio de Radar Customs & Logistics.
Puntualizó las tres consideraciones por las que se creó la ANAM, en primer punto, ejecutar acciones que fortalezcan la seguridad nacional, principalmente en los puntos de acceso al país considerando preferentemente la contratación de personal que pertenece o han pertenecido a las fuerzas armadas (militares retirados); en segundo lugar, fortalecer el sistema aduanero es una visión de servicio, atención y apoyo expedito; y tercero, elevar sustancialmente la calidad, eficiencia y eficacia de los múltiples procesos que generan la organización y la dirección de los servicios aduanales e inspección.
“No puede haber militares en ningún otro lugar más que en los cuarteles. Si ya de por sí el tema de la Guardia Nacional ha dado muchísimo de qué hablar, que hacen algo de seguridad pública pues pudiera estar de acuerdo, pero ya que se metan a labores tan técnicas, tan civiles, tan comerciales como son las aduanas, eso ya es una aberración”, sentenció.
Por su parte, Yolanda Aguirre, socia de Cumplimento Fiscal y Comercio Exterior de ANS Consulting, destacó que, aunque el SAT era una barrera para las operaciones aduanales, de alguna manera servía de protección para evitar la militarización.
“El SAT nunca dejó operar a aduanas, lo más sano era que se independizara, todos lo queríamos, pero queríamos que se hiciera bien. Fue el peor momento porque hay un desprecio sobre la administración pública, sobre el servicio público, sobre la experiencia, entonces sí creo que el SAT protegía de esa intervención militar y al momento de salir quedó totalmente vulnerable”, dijo.
Los voceros concordaron que la militarización de las aduanas no es el lugar correcto ni la mejor manera para operar la administración, ya que desde la iniciativa privada y el comercio exterior hay muy poco que hacer ante los militares al no haber apertura hacia los usuarios.
Para ello, Yolanda Aguirre comentó que se debe trabajar por reconstruir el sistema aduanero mexicano ante todas estas situaciones que no dejan avanzar las operaciones de comercio exterior.
Sergio Barajas, socio de Comercio Exterior y Aduanas de Basham Ringe y Correa, mencionó que “sí se puede siempre y cuando se haga de una forma estratégica, muy inteligente en la cual se analicen exactamente todas las materias primas que requieren tener esta nueva dependencia, porque los sistemas al final siguen conectados con el SAT entonces, vamos a tener marinos, vamos a tener militares y vamos a tener civiles cuando entre ellos no va a haber un respeto de las decisiones”.
Pero además del hecho de que militares tengan injerencia en decisiones aduaneras, también preocupa la falta de conocimiento en materia de comercio exterior.
“¿Por qué preocupa y ocupa que la inteligencia aduanera está en manos de militares?, porque hay que saberle. Para hacer inteligencia hay que saber qué es lo que me preocupa en aduana porque las aduanas deberían de ser transparentes”, dijo Yolanda Aguirre.
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