Las complicaciones para las cadenas de suministro a escala global están lejos de tocar fondo. Ahora se suma la escasez de marinos tripulantes en barcos portacontenedores. Un 15% de ellos son rusos o ucranianos que no están pudiendo atender el llamado de la mar mercante.
Tanto la crisis sanitaria global como la guerra entre Rusia y Ucrania han provocado que la flexibilidad en las cadenas de suministro llegue a un punto de ruptura. “Hay empresas que han tenido que cerrar producción por la falta de componentes (semiconductores)”, aseguró Víctor Benavidez, director general de TIBA en México.
Incluso, esta última situación se ha agravado al hacerse notar la falta de proveeduría rusa y ucraniana en distintas mercancías para la fabricación de los semiconductores -como el gas neón-, una situación que también ha sumado a la presión inflacionaria mundial que en algunos países ha llegado a niveles no vistos desde la Segunda Guerra Mundial.
En su participación en la reunión mensual del Consejo Nacional de Ejecutivos en Logística y Cadena de Suministro (ConaLog), el directivo actualizó los retos que enfrentan estas cadenas como la volatilidad en los precios de los fletes; nuevos recargos por combustibles; cancelación o desvío de rutas de envío; reducción de la capacidad de transporte por carretera y el cierre de fábricas y almacenes; terminales congestionadas con capacidad reducida; desafíos con la disponibilidad de equipo de arrastre de contenedores y movimiento de cajas tráiler, entre otros.
“Es un efecto dominó (…) todo esto va sumando a la afectación que estamos teniendo”, dijo. Incluso aseguró que algunas empresas están modificando sus esquemas de inventarios al pasar de proyectos just in time a just in case.
En la parte local, temas como la inseguridad, el incremento en los costos de combustibles y la escasez de conductores de unidades vehiculares pesadas -que se calcula en al menos 50,000- se presentan como los retos a vencer en México, de acuerdo con Enrique Vázquez, director general de Recurso Confiable.
Aunque también el tema del complemento Carta Porte para el traslado de los productos por el país lo ve como un parteaguas para que las empresas inicien su camino hacia la trazabilidad de las cadenas de suministro y, con ello, información en tiempo real para el desarrollo de una automatización de sus procesos y una correcta toma de decisiones.
“Se vuelve un factor de oportunidad” al momento en que en dicho documento se exige la recopilación de información que por muchos años se intentó obtener de los implicados en los movimientos de las mercancías, dijo.
De entre el público asistente, Eduardo Moreno, director de distribución física de L´Oréal Paris, cuestionó a los ponentes sobre la estrategia que deben anticipar las empresas en cuanto a procesos y homologación en las operaciones con sus clientes, como el caso de los grandes retailers.
A tal cuestionamiento, Alejandro Buenfil, vicepresidente de ConaLog, respondió que es el momento en que las empresas del sector retail comiencen a buscar una mayor colaboración en sus procesos con los distintos integrantes de su cadena de suministro.
“Va a tener que venir el momento en que la parte de consumo integre sus envíos para poder llegar en tiempo y forma y, sobre todo, con el costo logístico que necesita tener. Esta tendencia del retailer de acercarse al cliente es inevitable porque esto ayuda a mejorar el nivel de servicio y están compitiendo cada uno por el nivel de servicio; entonces hay que buscar cómo integrar para poder resolver esta situación (de aplicación de criterios distintos entre proveedores) que cada día va a ser más compleja”, aseguró.
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