Los ejes de la logística en 2025, navegando aguas inciertas

por elogis

La economía global avanza con paso incierto. En este escenario, las cadenas de suministro enfrentan una paradoja: mantener la resiliencia operativa en medio de una desaceleración económica, altos costos logísticos y una transformación tecnológica acelerada.

Así lo advirtieron especialistas durante la presentación del State of Logistics Report 2025, presentado en el Council of Supply Chain Management Professionals (CSCMP), en colaboración con Kearney y Penske Logistics.

Paul Bingham, director de Consultoría en Transporte en S&P Global Market Intelligence, explicó que el entorno económico se ha debilitado significativamente.

“La economía no está en crisis, pero claramente se ha debilitado”, dijo.

De acuerdo con su análisis, se espera que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) estadounidense sea de apenas 1.3% en 2025, mientras que el PIB global crecería un 2.2%, la tasa más baja desde 2009 fuera del contexto de la pandemia.

Esto implica menor demanda agregada, presiones sobre los márgenes logísticos y un entorno más adverso para la inversión.

Además, el alto costo del dinero –derivado de las tasas de interés elevadas- ha impactado directamente el manejo de inventarios y las decisiones de capital.

“Estamos en un punto donde la incertidumbre es la única constante. Por eso, las cadenas de suministro que sobrevivan serán aquellas capaces de planear por escenarios y responder con agilidad ante disrupciones o cambios abruptos en la demanda”, señaló Bingham.

Inventarios dinámicos y flexibilidad operativa

Uno de los sectores más sensibles a este entorno es el retailBrendan Dillon, vicepresidente Senior de Gestión Global de Inventarios, Transporte y Comercio en Target, explicó cómo la compañía ha reformulado su estrategia logística para adaptarse a los nuevos patrones de consumo.

“Los consumidores están priorizando productos esenciales y reduciendo el gasto discrecional. Eso afecta directamente nuestras categorías clave”, comentó.

Ante ese contexto, Target ha apostado por una planificación continua, basada en ciclos cortos de análisis de inventario, demanda y transporte.

“Nuestra red está diseñada para adaptarse rápidamente. Mantenemos una combinación de contratos a corto y largo plazo, con una estrategia que incluye flota propia y asociaciones con transportistas confiables. El objetivo es garantizar disponibilidad, velocidad y eficiencia de costos”, detalló.

En ese sentido, la compañía ha optado por mantener relaciones estratégicas a largo plazo con sus socios logísticos.

“La confianza se construye con confiabilidad. Y la lealtad, con precios justos”, dijo Dillon.

Puertos, entre la resiliencia y la transición energética

Por su parte, el Puerto de Long Beach, uno de los más grandes y estratégicos de América del Norte, también ha tenido que adaptarse a la nueva normalidad.

Su director de operaciones, Noel Hacegaba, destacó que, a pesar de la caída en las importaciones durante 2023, los volúmenes han retomado fuerza.

“La economía estadounidense se ha mostrado sorprendentemente resistente. En mayo, tuvimos nuestro mejor mes desde 2020. Eso refleja una recuperación del consumo y una mayor estabilidad en las cadenas de suministro”, comentó.

Hacegaba también puso énfasis en la planeación a largo plazo del puerto, que contempla inversiones por tres mil 200 millones de dólares (mdd) en infraestructura durante la próxima década.

Estas se enfocarán principalmente en expandir la capacidad ferroviaria y acelerar la transición hacia operaciones cero emisiones.

“Actualmente, el 25% de nuestra carga sale por ferrocarril. Queremos llevar esa cifra al 35% para reducir la huella de carbono y mejorar la eficiencia logística. Estamos convencidos de que el futuro del puerto es intermodal, eléctrico y automatizado”, afirmó.

3PLs, más que operadores, socios estratégicos

En un entorno de alta complejidad operativa, los operadores logísticos de terceros (3PLs) han ganado protagonismo como aliados clave en la gestión de la incertidumbre.

Andy Moses, SVP de Estrategia y Ventas en Penske Logistics, indicó que las cadenas de suministro enfrentan una presión sin precedentes para ser más resilientes, pero también más eficientes.

“La logística hoy es más importante que nunca. Las compañías quieren flexibilidad, visibilidad en tiempo real y capacidad de respuesta. Y eso requiere una colaboración estrecha entre clientes y operadores logísticos”, subrayó.

Moses detalló que los clientes exigen soluciones integradas, basadas en datos y con capacidad para adaptarse a las oscilaciones del mercado.

“Ya no basta con mover mercancía. Hay que anticipar, redirigir, optimizar y, sobre todo, informar”, sostuvo.

En esta línea, Korhan Acar, socio de Kearney y autor principal del informe, advirtió que el mayor potencial de eficiencia logística no está en el origen de los productos, sino en el transporte.

“La cadena de suministro es cada vez más descentralizada, pero la logística sigue siendo el gran cuello de botella”, dijo.

Uno de los principales hallazgos del estudio es la ineficiencia persistente en el transporte de regreso (backhaul): solo el 20% de los viajes de retorno se utilizan adecuadamente.

“Esto representa una pérdida gigantesca de valor. Con Inteligencia Artificial (IA), podemos rediseñar rutas y cargas para resolver esa ineficiencia estructural”, explicó.

Acar también señaló que la madurez digital de muchas empresas sigue siendo baja, ya que la adopción de IA generativa, gemelos digitales y automatización está en marcha, pero aún no es uniforme.

Los especialistas concordaron en que en un entorno desafiante, las empresas más exitosas serán aquellas que planifiquen con visión, colaboren con inteligencia y adopten la tecnología como eje de transformación.

“Cada dólar invertido en logística hoy debe rendir el doble. Y eso solo se logra con información oportuna, procesos flexibles y una red alineada con el negocio”, dijo Acar.

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