Tlaxcala, zona estratégica para la figura del Recinto Fiscalizado Estratégico

por elogis

En medio de un contexto de tensiones comerciales, incertidumbre arancelaria y saturación en puertos, la figura del Recinto Fiscalizado Estratégico (RFE) en México cobra una nueva relevancia para las empresas que buscan eficiencia, flexibilidad y certidumbre en sus operaciones de comercio exterior.

Con esta visión, SIEM Business ha implementado su nuevo RFE en Tlaxcala, consolidando un nodo logístico estratégico en el corazón del país.

“Este régimen tiene años en México, pero no se había explotado como debía. Hoy, ante la necesidad de soluciones logísticas más flexibles, el RFE se vuelve clave”, explicó en entrevista Sergio Islas, CEO de SIEM Business.

Esta figura nació en el 2002, uno de los regímenes aduaneros previstos en el artículo 90 dentro de la Ley Aduanera, en donde existen diversas posibilidades y bondades para cuando se destina cualquier tipo de mercancía, exceptuando las señaladas en el anexo 29 de las Reglas Generales de Comercio Exterior (hidrocarburos).

En este régimen aduanero se puede recibir mercancía de procedencia extranjera, nacional o nacionalizada para diferentes actividades: puede ser para almacenaje o custodia; procesos menores de maquila para que la mercancía cumpla con las regulaciones comerciales, como el etiquetado; además de elaboración, transformación o reparación, entre otras, con niveles y medidas de seguridad muy específicas bajo la Ley Aduanera.

Una de las mayores bondades de este régimen aduanero es que en todas estas actividades se puede diferir el pago de impuestos de comercio exterior hasta que el operador extraiga la mercancía y decida el destino que le dará, lo que le permite tener su inventario cerca sin pagar momentáneamente esas contribuciones.

“Lo relevante es que permite operaciones seguras, fiscales y completamente legales, pero con una agilidad que no se encuentra en el despacho aduanal tradicional”, destacó Islas.

El nuevo RFE de SIEM Business se ubica a cinco minutos del Arco Norte, en un terreno de cinco hectáreas con 35 mil m2 techados.

Islas destacó que ahí es posible conectar rápidamente con las principales rutas terrestres, el Aeropuerto Internacional de Puebla, Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), y aduanas como Veracruz, Manzanillo, Lázaro Cárdenas, e incluso fronteras como Tijuana o Nuevo Laredo.

“La ubicación es ideal para atender a la industria del centro del país, como la automotriz, acerera o química. Muchos de estos sectores enfrentan altos costos logísticos o tiempos muertos. Aquí les ofrecemos un ecosistema completo, desde almacenaje y etiquetado, hasta despacho aduanal y transporte”, dijo el directivo.

Uno de los beneficios menos conocidos del RFE es que permite a empresas extranjeras operar en México sin necesidad de tener una representación legal. Esto ha despertado el interés de compañías globales, particularmente aquellas que solían distribuir desde Estados Unidos hacia Centro y Sudamérica y ahora enfrentan barreras arancelarias más altas.

“El RFE permite importar, almacenar y redireccionar mercancía sin comprometer grandes pagos iniciales. Por ejemplo, puedes traer 10 contenedores, almacenarlos y pagar impuestos solo por lo que vayas utilizando. Esto se traduce en autofinanciamiento para las empresas”, explicó Islas.

Aunque existen más de 60 autorizaciones de RFE en el país, pocos operan activamente y Tlaxcala se convierte así en una de las primeras entidades fuera del bajío, la frontera norte o los puertos en tener un recinto activo y funcional.

Además, los RFE pueden transferirse mercancía entre sí sin perder beneficios fiscales, lo que abre la posibilidad de crear una red logística más eficiente.

“La mercancía puede viajar entre recintos en diferentes estados sin tener que cambiar de régimen o pagar impuestos, lo cual representa una gran oportunidad para industrias con cadenas de suministro más complejas”, dijo Islas.

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