El Internet de las cosas (IoT por sus siglas en inglés) ha revolucionado múltiples industrias y actividades económicas, incluidas la logística y el comercio exterior.
La interconexión de dispositivos, sensores y sistemas ha permitido mejorar la trazabilidad de mercancías, optimizar procesos y reducir costos.
Sin embargo, la implementación del IoT también conlleva desafíos significativos en términos de seguridad, regulación y gestión de datos.
Durante el panel El Futuro del IoT en Logística y Comercio Exterior, realizado en el Simposio IAduana organizado por la Confederación Latinoamericana de Agentes Aduanales (CLAA), los especialistas analizaron cómo esta tecnología impacta el comercio global.
Salma Jalife, presidenta del Centro México Digital, explicó que el IoT ha generado una “hiperconectividad”, donde no solo las personas, sino también los objetos y los sistemas están interconectados.
“El IoT no es más que el Internet de las cosas, que engloba todo lo que se conecta a la red y realiza alguna actividad, ya sea pasiva o activa. Esta interconexión nos proporciona velocidad de respuesta, precisión, visibilidad y trazabilidad en los procesos logísticos”, afirmó Jalife.
Uno de los principales beneficios del IoT en logística es la capacidad de monitorear en tiempo real la ubicación y condiciones de los productos.
Los sensores permiten detectar factores como temperatura, humedad o golpes, lo que resulta fundamental en el transporte de mercancías perecederas o sensibles.
“Por ejemplo, si transportamos productos perecederos, el IoT nos ayuda a verificar si la temperatura del contenedor es la adecuada y si ha habido variaciones que puedan comprometer la calidad del producto”, agregó Jalife.
Ciberseguridad, el desafío del IoT
A medida que más dispositivos se conectan a la red, aumenta la exposición a ciberataques.
Carlos Olivares, Systems Engineer en Fortinet, destacó que los dispositivos IoT suelen operar con sistemas especializados que no siempre cuentan con medidas de seguridad adecuadas.
“Anteriormente nos preocupábamos por proteger servidores y sistemas operativos tradicionales, pero ahora tenemos millones de dispositivos conectados que requieren monitoreo y protección”, comentó Olivares.
Un ejemplo de esta vulnerabilidad es la conexión de dispositivos de uso cotidiano a redes empresariales, como televisores inteligentes o escáneres de reconocimiento facial.
“Si un dispositivo está conectado a Internet debemos tener la capacidad de monitorearlo, saber cuándo se conecta y, sobre todo, identificar a qué riesgos se expone”, añadió Olivares.
Para hacer frente a estos desafíos, las empresas están implementando herramientas de análisis avanzado y bases de datos de amenazas que permiten identificar patrones de ataque.
Además, el uso de Inteligencia Artificial facilita la detección temprana de riesgos y la respuesta automatizada ante posibles incidentes de seguridad.
El crecimiento del IoT en la logística también implica la necesidad de cumplir con regulaciones internacionales sobre protección de datos y ciberseguridad.
Jalife señaló que la gestión de datos debe entenderse dentro de un “contexto dinámico” que involucre no solo a las empresas, sino también a los gobiernos y organismos internacionales.
“La protección de datos sensibles es clave porque las empresas deben responder a marcos legales que regulan el uso de información dentro de las cadenas de suministro globales”, explicó Jalife.
Además, destacó que las compañías deben establecer mecanismos de autenticación y autorización para evitar accesos no autorizados a sistemas críticos.
Los especialistas señalaron que el IoT no solo implica conectar dispositivos, sino también gestionar los riesgos asociados a esta conectividad.
Las empresas que adopten estrategias sólidas de seguridad y regulación estarán mejor posicionadas para aprovechar los beneficios del IoT sin comprometer la integridad de sus operaciones.
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