La transición hacia la movilidad eléctrica es uno de los pilares fundamentales de la transición energética en México, misma que enfrenta retos importantes, pero también presenta oportunidades únicas para avanzar hacia un futuro más limpio y sostenible.
Yolanda Villegas, asesora estratégica de la Asociación Mexicana de Impulso al Vehículo Eléctrico (AMIVE), compartió que la asociación ha logrado importantes avances, especialmente en la consolidación de su base de miembros.
Entre ellos, destacan grandes actores de la industria automotriz, como Mitsubishi.
“Contamos con un consejo, con expertos en la materia, lo que nos permite ofrecer asesoría imparcial y de alta calidad para impulsar la electromovilidad en México”, afirmó.
En este contexto, la asociación ha sido protagonista de eventos clave, como el congreso realizado en el Senado de la República en 2024, enfocado en la transición energética y la movilidad sustentable.
La visión de Yolanda Villegas es clara, la movilidad eléctrica en México tiene un futuro prometedor, pero requiere un enfoque integral que incluya políticas públicas adecuadas, incentivos fiscales, una infraestructura de recarga segura y accesible, y la promoción de tecnologías innovadoras como el almacenamiento de energía.
“Para que la movilidad eléctrica se masifique en México, necesitamos un plan bien estructurado que contemple desde la infraestructura de recarga hasta la capacitación de los usuarios. Solo así podremos lograr una transición energética efectiva y sostenible”, dijo Villegas.
Retos de la electromovilidad
Uno de los principales retos que enfrenta la movilidad eléctrica en México es el alto costo inicial de los vehículos eléctricos en comparación con los de combustión interna.
Villegas resaltó que, si bien el costo de adquisición de un vehículo eléctrico sigue siendo elevado, sus costos operativos y de mantenimiento son significativamente más bajos a largo plazo.
Para hacer frente a esta barrera económica, la asesora de AMIVE consideró crucial que el gobierno implemente incentivos fiscales, como exenciones arancelarias y deducciones fiscales, que hagan más accesible la compra de vehículos eléctricos.
“Los incentivos fiscales no solo reducirían el costo inicial, sino que también contribuirían a aumentar la adopción de tecnologías más limpias y sostenibles en el transporte”, explicó.
Otro tema urgente es la regulación de la infraestructura de recarga, ya que Villegas advirtió que actualmente en México existen cargadores eléctricos que no cumplen con los estándares de seguridad necesarios y que en algunos casos han causado incidentes como incendios.
“Es esencial establecer un protocolo nacional de seguridad para los cargadores eléctricos. Si no lo hacemos, los riesgos aumentan y la confianza del consumidor se verá afectada”, expresó.
Además, la asesora de AMIVE abordó el tema de la monetización de la infraestructura de recarga.
Según Villegas, muchos proveedores de cargadores eléctricos están cobrando tarifas demasiado altas, lo que podría frenar el crecimiento de la electromovilidad en México.
“La electricidad siempre será más barata que la gasolina, pero si los precios de los cargadores se igualan a los de los combustibles fósiles, la adopción de vehículos eléctricos no será viable”, advirtió.
El hidrógeno, una opción complementaria para el futuro
Asimismo, aunque la electrificación del transporte es el camino principal, Yolanda Villegas también señaló que el hidrógeno es una alternativa energética.
Si bien reconoció que el hidrógeno verde tiene un gran potencial, la asesora de AMIVE explicó que la producción de hidrógeno verde requiere grandes cantidades de agua, un recurso limitado en México.
“El hidrógeno puede ser una opción para distancias largas, pero no creo que sea la solución para el transporte urbano. Además, la producción de hidrógeno verde es cara, y en el corto plazo no veo proyectos que puedan alcanzar un punto de equilibrio económico”, dijo.
Villegas también mencionó que México, al ser un país rico en gas natural, podría explorar el hidrógeno azul, producido a partir de gas natural, como una opción complementaria, pero aún ve varios desafíos para su implementación a gran escala.
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