En los primeros cuatro meses del año las revisiones a los contenedores que llegan o salen por el puerto de Ensenada se han incrementado nada más un 270 por ciento. Sí, leyó usted bien, y no vaya a pensar que es porque en este año los volúmenes de las cajas de acero se dispararon en ese porcentaje, pues ese indicador apenas escaló un 2% con respecto al mismo periodo del año pasado.
Lo que acontece es que a las nuevas autoridades de Aduanas se les ha ocurrido hacer un trabajo de “inteligencia” para revisar más contenedores de los que el mismo sistema aleatorio marca rojo en el semáforo fiscal. Las revisiones han vuelto más que caótica la operación en el puerto al aumentar los días de estadía promedio de los contenedores de tres a siete días; y largas filas de camiones que han alcanzado la zona del Sauzal para esperar turno y poder ingresar a recoger o dejar carga. Y los resultados de esas pesquisas para ir detrás de la importación ilegal del fentanilo, que es la obsesión, hasta el momento es: CERO.
Obviamente, este caos está generando costos logísticos que restan competitividad a la región de influencia del puerto de Ensenada. Las consecuencias negativas para nuestro comercio no se han hecho esperar. Samsung, la firma coreana líder en productos electrónicos y línea blanca, ya decidió llevarse a Long Beach la mitad de sus cajas de importación para operar por el puerto de California; y otra marca trasnacional basada en Ciudad Juárez, decidió operar por el puerto de Manzanillo.
Otra vez se evidencia que primar la lealtad por encima del conocimiento y la experiencia como hace este gobierno, resulta contraproducente.
Por “buenas ideas” no paramos
Pues los responsables del Tren Maya vaya que no tienen freno para sumarle a ese proyecto del presidente en turno más “buenas ideas” que se pueden añadir a lo que muchos ya ven como otro elefante blanco que los mexicanos terminaremos financiando con nuestros impuestos ad infinitum. Resulta que ahora los líderes del proyecto han puesto sobre la mesa la intención de conectar ese ferrocarril a la frontera con Belice para “unirnos con Centroamérica”, ¡hágame usted el favor!
Bastaría googlear la trascendencia económica de Belice como socio comercial de México para darse cuenta de que no existe fuente de repago de la inversión, ni carga que llevar o traer. ¡Vaya!, ni siquiera una buena carretera que una Chetumal con la capital del vecino del sur existe como para pensar en construir un ferrocarril.
Ya pongámonos serios.
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