Las piezas de este rompecabezas parecen no embonar. Para completar correctamente el cuadro del nearshoring en México, los jugadores públicos y privados deberán mejorar las condiciones que ofrece el país para que más empresas decidan relocalizar sus líneas de producción en el territorio nacional.
Esta tendencia ha tomado impulso ante eventos como la guerra comercial entre China y Estados Unidos, la crisis sanitaria por COVID-19 y el conflicto armado entre Rusia y Ucrania, situaciones que han tenido efectos adversos sobre las cadenas de suministro de múltiples industrias, proyectándose en desabastos de materias primas y una constante alza en los precios en todo el orbe.
Migrar una línea de producción no se da de la noche a la mañana. Para apoyar a estas empresas en sus análisis, el discurso que los promotores gubernamentales utilizan para la atracción de estas inversiones al país toma elementos como su ubicación estratégica, al ser vecino de la mayor economía del mundo; contar con la firma de al menos 13 tratados de libre comercio que lo acercan con poco más de 50 economías en el mundo, entre ellos el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC); mano de obra calificada en distintas industrias y espacios industriales de clase A.
Sin embargo, los actores que han trabajado cara a cara con los inversionistas reconocen que el país enfrenta diversas debilidades. En temas de infraestructura, el principal aspecto que preocupa a la industria es el tema energético, es decir, poder dotar de la energía necesaria a las compañías que llegan al país en busca de espacios para establecer sus operaciones.
La directora general de la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados (AMPIP), Claudia Esteves, comparte en entrevista con T21 que el sector inmobiliario industrial debe satisfacer la necesidad de sus inquilinos, ya que se estima que los parques industriales consumen un aproximado de ocho mil 300 gigawatts (GW) anuales y se prevé un crecimiento de esta demanda para los próximos dos años de aproximadamente dos mil 300 GW adicionales.
En este aspecto, la representante de los parques industriales asegura que han realizado acciones de cabildeo, principalmente con la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Para continuar leyendo el presente texto que aparece publicado en la edición de febrero de la revista T21, te invitamos a revisar la versión electrónica dando clic aquí.
Comenta y síguenos en Twitter: @jenna_GH_ / @GrupoT21